Maratón Urbasa Lokiz

Balcón de Pilatos Lugar emblemático de la Sierra de Urbasa

Otra ruta dura la que me ha quedado ascendiendo primero a la Sierra de Urbasa y posteriormente a la de Lokiz, con salida y llegada en Barindano, pueblo de la Ameskoa Baja.

El objetivo principal de esta ruta, era continuar con la preparación de una ruta que el próximo mes de junio realizaré para el Club Montañero de Estella-Lizarrako Mendizale Elkartea, y que nos llevará desde el Túnel de Lizarraga hasta Larraona, cruzando la Sierra de Urbasa, y de este pueblo de Ameskoa Alta hasta Estella-Lizarra siguiendo los cursos de los ríos Uiarra y Urederra.

Rio Urederra, Pozo del Osín

En una primera jornada, ya cuadré lo que será el recorrido entre el túnel y la Cueva de Lezamen, con lo que este será el punto que busco de salida, desde donde continuaré la supervisión.

Para ello salgo de Baríndano por la pista que lleva a Zudaire, a apenas un kilómetro de distancia. Cruzo el pueblo, para coger el Camino de la Central y después el Camino de Baquedano, cruzando el puente situado junto al Pozo del Osín. Por el Camino de  Arenalde, llego a Baquedano.

Puerto Nuevo.

Pese a ser un  lunes laboral, hay ya más de 50 coches en el Parking para ir al Nacedero, dicen que en Araba es festivo, ya que el día anterior era San Prudencio, quizá fuera por eso.

Aquí inicio la durísima ascensión hasta la Sierra por el Puerto Nuevo, el primer tramo ha sido hormigonado no hace demasiado tiempo, suavizando un poco el ascenso, pero muy poco, dura ascensión.

Entrada desde el balcon de Pilatos al Puerto Viejo, paseo precioso hasta Baquedano

Ya arriba, paro en la entrada del Puerto Viejo, para disfrutar de las espectaculares vistas que desde allí se pueden disfrutar del Balcón de Pilatos, la Ameskoa Baja y la Sierra de Lokiz, además de las cascadas de agua superiores del Nacedero del Urederra.

Continuo por el Raso de Arratondo, cruzándolo en dirección oeste, hasta cruzar la NA-718 a la altura del kilómetro 24, con el objetivo de continuar por el Camino de Lezamen, hasta llegar a la cueva del mismo nombre.

Cueva de Lezamen

Hayerdo aún desnudo en plena Sierra de Urbasa

Esta pequeña oquedad, siempre merece la pena visitar, aconsejando hacerlo por la entrada pequeña de las dos que tiene, ya que la otra está con bastante maleza.

Continuo por el Camino de Lezamen, buscando la pista que me llevará a coger la Senda de Ebiso, avisar que en esta zona se está realizando una saca de madera, por lo que hay que atravesarla con precaución.

Rasos de Ebiso

Esta llamada senda, que más bien es un camino, me lleva a los Rasos de Ebiso, tras cruzar el Portillo de Salomón, muy clásico por las líneas de pinos que lo caracterizan. Ahí el track hace un bucle y vuelve, ya que me lié enlazando sendicas de ganado y aparecí en el punto de inicio. A la segunda ya crucé la línea de pinos por uno de los claros, para alcanzar el Camino del Conchillo, continuando por el Camino del Arenal, que me lleva hasta la Fuente de Bagaio.

Fuente de Bagaio

Giro a la izda por la pista un tramo, para por la izda de nuevo, coger el Camino de Sagarmina, por el que llego a la carretera de la Guarana o de limitaciones, cruzándola para continuar por el Camino de Iarate, que me lleva al Puerto del mismo nombre.

Preciosa bajada esta del Puerto de Iarate, lo mejor de la ruta sin duda, por donde llegaré a Larraona, abandonando así la Sierra de Urbasa.

Puerto de Iarate

Sendas en el Barranco de Ube.

A partir de aquí, cambio de zona y cambio de paisaje, ya que bajaremos al cauce del Río Uiarra por el precioso Barranco de Ube, otra preciosa senda que merece la pena conocer, como lo que llaman Saltalaguas, un espectacular salto de agua de más de 15 metros de altura, que en esta ocasión no entro a ver, ya que estaba seco.

Cruzo el río por el Puente de Amasobe, entrando así de lleno en la desconocida cara norte de la Sierra de Lokiz, donde las hayas descienden hasta los 650 mts de altitud.

Pese a lo que podría parecer, aquí comienza la parte más dura de lo que será la travesía con el C.M.E - L.M.E, ya que será un continuo subir y bajar por la margen derecha de Uiarra y posteriormente por la del Urederra, lo que dejaré para una tercera jornada de preparación.

Sierra de Lokiz desde Ube

Como hoy he salido de Baríndano, allí terminaré, por lo que inicio el ascenso por el Barranco de Artatxueta hasta coger el Camino Nuevo, que tras coronar en la Balsa de Erenzaba, y por la Senda del mismo nombre, desciende hasta la Pieza de Esape, continuando por buena pista hasta el Puente de Eulate.

Nuevo giro a la derecha para pasar por la Ermita de San Adrian y al inicio del Puerto de Aizkorribe, girar a la izda, cogiendo el Camino de Arrudiaga que lleva al Puente de arriba.

Los hayedos de los Barrancos de Lokiz,Artatxueta.

Aquí viene la palmada del día, ya que mi intención era seguir más o menos alto por cerca del Río hasta Baríndano. Para lo que en vez de cruzar el puente, seguí por la derecha en fuerte ascenso, buscando un cruce que me bajaría al río de nuevo, pero me lo pasé de largo, con lo que subí y subí y subí......y cuando me di cuenta, ya me pareció que merecía la pena seguir hasta arriba de la Sierra, error y de los gordos, ya que la ascensión por ese puerto, como cualquier otro de esta cara norte es treméndamente duro, y con casí 5 horas de ruta, terrible.

Alcanzada la zona llana, ya volví a disfrutar, alcanzando la pista del Barranco Hondo, por donde bajé, bajada por camino ancho y sosete, pero la cosa no estaba para mucho más. Giré a la derecha para llegar al Puente del Uiarra por la Senda de Txikarana y tras cruzarlo, ya sólo me quedaba ascender a Baríndano para finalizar la ruta.

Mi consejo para quien quiera realizar este recorrido, es que sólamente se realice la ascensión a Lokiz si el estado físico es muy bueno, de lo contrario, tocará sufrir como me ha tocado a mi. La opción de continuar enlazando caminos y sendas desde el Puente de Arriba hasta Baríndano, es más bonita y sobre todo más humana.

Ruta de Sierras, no apta para endureros, ya que aunque hay tres bajadas interesantes, se trata más de una ruta turística y para disfrutar de zonas quizá desconocidas para la gran mayoría.